Nos dirigímos sin una ruta concreta hacía la parte norte de la comarca, hacía una zona llamada La Montaña Negra. Por ahí habiamos leido que habia algún paraje que otro que podía ser atractivo.
Pasamos un un pueblecicllo que se llamaba Lastours, en el que todas sus montañas que le rodean tienen su bastión aun medio en pie protegiendole.
Cuentan que en estos valles historicamente siempre se han refugiado los ultimos rebeldes en distintas guerras por lo dificultoso del terreno.
Nosotros seguimos adentrandonos hasta más allá de Roquefere buscando el salto de agua más grande de Europa... eso dicen. Despues de subir y subir por las sinuosas y divertidas carreteras llegamos y lo vimos... no muy impresionante pero el sitio genial, como casi cada rincón de la zona.
Como siempre enseguida se hace la hora de ir buscando algo que comer, volvimos a bajar a Roquefere y allí encontramos un buen sitio, gente amable que chapuerrea español y lugar agradable, una terrazillla bajo la sombra de unos arboles. Esta es la entrada al restaurante que tambien era casa rural.
El Navarris consagrado como el mejor plato típico de los que probamos en Francia.
Despues de comer, el sol caia muy muy fuerte, así que nos acercamos a descansar a Carcassonne al hotel hasta que bajaran los calores. A última hora de la tarde salimos sin rumbo y simplemente disfrutamos del paisaje, porque parece que la mayoria de los pueblos de Francia son fantasmas y no tienen ningun atractivo, más vale no bajar ni del coche. Llegamos de nuevo a nuetra habitación un poco desilusionados, quizas tambien el cansancio en nuestros cuerpos se va notando y el calor nos va desgastando estos días.